El Nordeste de Brasil |
Lúcia Gaspar Bibliotecaria de la Fundación Joaquim Nabuco Este endereço de e-mail está protegido contra SpamBots. Você precisa ter o JavaScript habilitado para vê-lo. Antes del descubrimiento, el indígena americano, nómada y errante, vagaba por el litoral y bosques de Brasil. Él pertenecía a las grandes naciones de los Tupis, Gês, Nu-Acalleks y Caraíbas. En 1500, con la llegada de Pedro Álvares Cabral trayendo los primeros colonizadores, el Nordeste fue la primera región del País a ser ocupada por los portugueses, así como su costa fue también la primera área a ser explorada. Los intereses de Portugal, en el sentido de explorar los recursos naturales brasileños, hicieron con que el territorio fuera dividido, entonces, en capitanías y sesmarias (instituto jurídico portugués que regularizaba la distribución de tierras). La población se inició en el siglo XVI, con la colonización del litoral y las "entradas" y migraciones pastoriles para el semi- desierto. La riqueza y la abundancia de los recursos naturales de la colonia atrajeron, aún, a piratas y aventureros de otros países de Europa, tales como franceses, holandeses e ingleses. Con el establecimiento del Gobierno General de Brasil en Bahia, en 1549, a colonización se irradió, a través de expediciones armadas, para el norte del País. A finales del siglo XVI, entonces, Sergipe, Pernambuco, Rio Grande do Norte y Paraíba ya habían sido incorporados al territorio conquistado. La llegada a Sergipe, a su vez, abrió el camino para el semi-desierto y, de él, los portugueses llegaron hasta Parnaíba. En Maranhão, en expediciones contra los franceses, los primeros colonizadores devastaron el litoral y parte del semi-desierto. En el año de 1610, los portugueses llegaron al Ceará y, avanzando siempre para el norte, conquistaron Pará. De 1624 a 1654, los holandeses formaron colonias, pasando a dominar todo el litoral entre el río São Francisco, Pernambuco (sede del Gobierno holandés), y Rio Grande do Norte, extendiéndose hasta Ceará y Maranhão, local donde expulsaron a los invasores franceses. En la lucha contra los holandeses, el colono portugués, el negro y el indígena - los tres elementos de la formación histórica nordestina - volvieron para el interior, a través de las "entradas" por los desiertos del Nordeste. Cabe registrar que las banderas paulistas concurrieron, aún, para poblar la región, dejando núcleos pastoriles por todo el valle del São Francisco. El Nordeste, una de las cinco regiones en que se divide hoy el territorio nacional, cubre nueve Estados (ver tabla a seguir). La región tiene un área total de 1.553.917,1 km2. Hubo cambios en la división territorial de Brasil. En 1940, Brasil era dividido en las siguientes regiones: Norte, Nordeste, Este, Sul y Centro-Oeste. Hoy, son así denominadas: Norte, Nordeste, Sureste, Sur y Centro-Oeste A partir de 1950, los Estados de Maranhão y Piauí pasaron a hacer parte de la Región Nordeste (antes pertenecían al Norte) y, en la década de 1970, también el Estado de Bahia fue incorporado a la Región. El antiguo territorio de Fernando de Noronha - un archipiélago de formación volcánica (con veinte islitas) localizado en el Océano Atlántico, a 350 kilómetros del litoral - pertenece actualmente al Estado de Pernambuco. Posee cerca de 26 kilómetros cuadrados, pero apenas la isla principal está habitada. El referido archipiélago, habitat de innúmeros tipos de pájaros y de pescados, es considerado un área de preservación ambiental. A demás de una increíble belleza natural, Fernando de Noronha posee un enorme potencial turístico.
Fuente: IBGE, Conteo de Población, 2007. El Nordeste puede ser dividido en cuatro grandes regiones naturales y geográficas: bosque, agreste, semi-desierto y medio-norte. La región del bosque y del litoral oriental extiéndese de Rio Grande do Norte hasta el sur de Bahia, ocupando las tierras al este de la región. Puede ser considerada como la más importante del Nordeste porque en ella se concentra gran parte de la población, así como su parque industrial y actividad agrícola. En el litoral, la temperatura media es de aproximadamente 25o C, con oscilaciones que varían de acuerdo con las estaciones. Es en el litoral, aún, que están localizadas las capitales de los Estados do Rio Grande do Norte, Paraíba, Pernambuco, Alagoas, Sergipe y Bahia, todas ellas ciudades construidas frente al mar. Los principales productos cultivados en la zona del bosque son la caña-de-azúcar (que tuvo su apogeo en el período colonial), el tabaco (cultivado en el área del Reconcavo Baiano) y el cacao (cuya producción está concentrada en las ciudades de Ilhéus e Itabuna, también en Bahia). El agreste representa una región de transición entre el bosque y el semi-desierto. Con áreas muy secas y húmedas, el paisaje del agreste se caracteriza por la diversidad, funcionando como una típica miniatura del Nordeste. En pares de altitud elevada, expuestos a los vientos húmedos del Sudeste, surgen los brejos (ecosistema de tierras húmedas o alagadizas), que presentan condiciones de humedad y de pluviometría semejantes a las de la zona del bosque, así como temperaturas más amenas. Fuera de los brejos, donde antes había bosques y hoy predomina la agricultura, se encuentra la caatinga (bioma exclusivamente brasileño). La escasez de agua es el más serio problema de la población del agreste, aunque esta región no sea tan profundamente afectada como la del desierto. En el agreste existe la agricultura comercial del algodón, para el abastecimiento de las industrias textiles de la región, y el cultivo comercial de alimentos, para abastecer las poblaciones de las grandes ciudades del litoral. El semi-desierto y el litoral septentrional del Nordeste ocupan, aproximadamente, 49% de toda la región. En la costa norte, en particular, como el semi-desierto se extiende casi hasta la playa, las dos áreas pueden ser reunidas. Es considerada la región más típicamente nordestina, pues no se encuentra similar en otra parte del territorio brasileño. Todo el semi-desierto posee un clima caliente, con temperaturas medias anuales en torno de 25o C, y dos estaciones bien definidas: una lluviosa, en los meses del verano y del otoño, y otra más larga y seca, que se extiende por los meses correspondientes al inverno y a la primavera. El sertanejo (o campesino) está siempre preocupado con la seca, ya que, desde los tiempos coloniales, con mayor o menor intensidad, ella viene ocurriendo sistemáticamente. En el semi-desierto existe la llamada ribera del río São Francisco, esto es, la presencia del gran río nordestino atravesando las áreas más secas del Nordeste. Ese río posee un régimen muy irregular, existiendo, en la época lluviosa, la inundación de islas y tierras marginales. La fertilidad de esas tierras, derivada de su inmersión, es aprovechada por los agricultores ribereños para la conocida agricultura de vazante (aumento del agua de los ríos), que garantiza al sertanejo el cultivo del maíz, del fríjol, del maní, del haba, entre otros productos agrícolas. En algunas áreas más húmedas del semi-desierto predomina, aún, la agricultura de subsistencia o de mercado local. En el valle del São Francisco, sin embargo, con la utilización de la irrigación, la producción de papaya, melón, sandía, uva (para la fabricación de vino, destinado al consumo interno y a la exportación) manga, tomate, acerola, entre otros productos, se presenta como una actividad bastante lucrativa para los empresarios. La ganadería es la gran actividad económica sertaneja, con a creación de bovinos para a producción de carne, de cabras, para la producción de leche, y de burros para montar. Con excepción del São Francisco y del Parnaíba, los ríos nordestinos no poseen gran destaque. La mayor parte de los ríos de la región permanece seca. Y en algunas regiones inmensas, como la del Ceará, no existe un único río perenne. El medio-norte cubre una gran parte de los Estados de Piauí y de Maranhão, donde predominan los cerrados (suelos de sabana tropical) y los bosques de cocaís (árboles típicos de esta región). Es un área de ganadería extensiva en campo abierto. Puede ser considerada como una región de transición entre el Nordeste, el Norte y el Centro-Oeste de Brasil. En el medio-norte, la agricultura es pobre, destacándose apenas la producción de arroz, en los valles de los ríos perennes, y la ganadería de bovinos, en el área del cerrado. La actividad más característica de la región es el extrativismo vegetal (extracción vegetal), basado en la colecta del babaçu (una especie de palmera brasileña) y de la carnauba. La agropecuaria es la principal actividad económica del Nordeste, tanto por el valor de su producción como por la cantidad de mano de obra empleada. En el área de la minería se destaca la producción de scheelita (mineral de tungstato de calcio), tantalita (es un mineral compuesto de hierro, manganeso, niobio y tántalo), berilo (es un mineral, un ciclo silicato de berilo y aluminio), y la extracción de calcáreos para la producción de cemento y fosfato, que son utilizados como adobos. En Bahia, se encuentra la principal zona productiva de petróleo de la región Nordeste, pero fueron descubiertos otros campos, también, en Alagoas, en Rio Grande do Norte y en Sergipe. En la costa de Rio Grande do Norte, y en Ceará, existe la más importante área de cristalización de sal marino del País. Como puede ser observado en la tabla 1, los Estados más poblados del Nordeste son Bahia, Pernambuco y Ceará, que, juntos, representan un 60% del total de habitantes de toda la región. A su vez, los Estados más densamente poblados son Alagoas, Pernambuco y Sergipe, todos ellos con más de 70 habitantes por kilómetro cuadrado. El análisis de la calidad de vida de la mayoría de su población evidencia que la región Nordeste presenta el más grave cuadro social de Brasil. El número de analfabetos y la taza de mortalidad infantil (considerada como la muerte de niños con menos de un año de edad) son las más altas del País. En los últimos años, ha habido una disminución de esos problemas, lo que significa una cierta mejora en las condiciones sociales de la población nordestina. Otra característica que marca a esta población es su intenso movimiento migratorio, tanto infra cuanto extra-regional. En el primer caso, la migración ocurre en función de la seca. Una parte de la población afectada por el sequía - principalmente los pequeños propietarios rurales, así como los ocupantes ilegales que no tienen acceso a los estanques y no tienen recursos para "comprar agua" de los grandes terratenientes -, migra del semi-desierto árido para el litoral húmedo. En los lugares de destino, ese contingente poblacional busca trabajos estacionales, esperando, tan solo que la sequía termine, volver a sus lugares de origen. Ese tipo de migración es considerada por los demógrafos como temporal e irreversible, y el trabajador que la realiza es conocido en la región como corumba. Frecuentemente, y en cuanto pasa la seca, muchos migrantes resuelven no volver más para el semi-desierto, fijando su residencia en las ciudades de medio porte de la región nordestina. En este sentido, tales migrantes acaban por sobreviviendo mediante trabajos esporádicos, que aceptan subempleos, yendo a vivir en invasiones, incrementando bastante la población periférica y todos aumentando los problemas de orden social. En cuanto a la migración extra-regional, el Nordeste se transformó, en las últimas décadas, en un área repulsora de población. De 1940 hasta 1995, la región perdió más de 15 millones de habitantes, principalmente para las áreas del Sudeste y para la Amazonía, donde son formados los frentes pioneros. La salida en masa de nordestinos está relacionada, predominantemente, a las precarias condiciones de vida de gran parte de la población, y al aumento de las disparidades socioeconómicas entre las regiones brasileñas. Cabe aclarar que los aspectos políticos, económicos y sociales son mucho más determinantes, para la significativa migración nordestina para otras partes de Brasil, que propiamente los aspectos climáticos. El desarrollo industrial de la región ocurrió a partir de la creación de la Superintendencia del Desarrollo del Nordeste (Sudene), en 1959, cuando fue instaurada una política de incentivos fiscales, que atrajo capitales y empresas del Centro-Sur y del exterior del País, dando margen a la implantación de más de 1.000 proyectos. Entre las bases de la industrialización, se destaca la riqueza de las siguientes materias primas: caña de azúcar (azúcar y alcohol); algodón (industria textil); frutas nativas (como el cajú, la mangaba, la pitanga, el araçá, el caya); frutas no nativas como el coco (árbol símbolo de la región) que se adaptó muy bien en el Nordeste; manga, guanábana, jaca (industria del jugo y dulces); cacao (industria alimenticia); tabaco (industria de tabaco, hoy en decadencia); cera de carnaúba; aceites de babaçu y de oiticica; fibras vegetales (como el caroá, la piaçava y el sisal); cobre y plomo (en Bahia); tungsteno (en Rio Grande do Norte); sal (en Rio Grande do Norte y Ceará). Se resalta aún el petróleo y el gas natural, que son explorados sobre todo en los litorales del Rio Grande do Norte, Sergipe, Alagoas y Reconcavo Baiano. La producción salina nordestina corresponde a cerca del 80% del total nacional. Y la extracción de petróleo y gas, aproximadamente, 35% de la producción del País. El potencial hidroeléctrico del río São Francisco es de gran importancia para el desarrollo regional. Sus principales usinas son Sobradinho, Itaparica, Complexo de Paulo Afonso y Xingó. En lo tocante al río Parnaíba, se destaca la usina Castello Branco. Los principales centros industriales están localizados en las regiones metropolitanas, siendo las industrias alimenticias y textiles las más tradicionales, seguidas de las metalúrgicas, químicas y de productos electro-electrónicos. La región metropolitana de Recife, a su vez, es la más influyente área de concentración de la industria nordestina, destacándose los tres centros industriales: Cabo, Jabuenatão y Paulista. La segunda región metropolitana en importancia, y la que ha presentado un mayor crecimiento industrial, en los últimos años, es la de Salvador. Entre los factores que contribuyen para ese crecimiento están: la exploración de petróleo en Reconcavo; el polo petroquímico de Camaçari; la refinería Landulfo Alves de Petrobrás, en Mataripe; y el Centro Industrial de Aratu, cerca a Salvador, que posee desde fábricas de cemento hasta metalúrgicas. La región metropolitana menos desarrollada es la de Fortaleza, cuyas industrias de mayor expresión son las textiles, alimenticias y químicas. Culturalmente, el Nordeste es una región muy rica y diversificada. Su folclor y artesanías son el resultado de una creatividad popular que se manifiesta bajo las más variadas formas. La culinaria es también muy creativa y sabrosa, habiendo sufrido la influencia de los portugueses, africanos e indígenas, como se puede constatar, por ejemplo, en las cocinas baiana y pernambucana. La música nordestina es tocada en la viola, en el realejo, en la guitarra y en los acordeones. El gran nombre de la región es Luiz Gonzaga. El baião fue hecho para los nordestinos, pero ya invadió el resto de Brasil, siendo conocido, también, en varias partes del mundo. En el Nordeste, no existe precisamente un traje, una moda, una manera propia de vestir, como es el caso del gaucho, con sus bombachas, sus ponchos, sus botas. Existe el vaquero nordestino, con su sombrero, gibão (ropa de cuero típica del nordestino), guarda-peito (especie de chaleco de cuero) zapatos, todos hechos de cuero, para aguantar las espinas de la caatinga, pero no se trata de un traje común a muchos, como ocurre con los gauchos, aunque siendo característico de la región Nordeste, como también son típicas las vestimentas que fueron utilizadas por los cangaceiros Lampião y Maria Bonita. Son aún nordestinas algunas figuras de las más Expresivas tales como Joaquim Nabuco, Rui Barbosa, Gilberto Freyre, Manuel Bandeira, Manoel Bandeira, José Lins do Rego, Graciliano Ramos, José de Alencar, Jorge Amado, Ariano Suassuna, Luís da Câmara Cascudo,Mário Souto Mayor, Manoel Correia de Andrade, Francisco Brennand, Abelardo da Hora, Cícero Dias, entre muchos otros exponentes que enriquecieron el escenario brasileño y, hasta, internacional. Recife, 24 de julio de 2003. (Actualizado el 31 de agosto de 2009).
FUENTES CONSULTADAS: ANDRADE, Manoel Correia de. A terra e o homem no Nordeste. 4. ed. rev. e atual. São Paulo: Liv. Ed. Ciências Humanas, 1980. BELTRÃO, Valdir de Araújo; LAMOUR, Carlos. Usos atual e potencial dos solos do Nordeste. Recife: Sudene, Coord. de Planejamento Regional, 1984. v.6. GARCIA, Carlos. O que é o Nordeste brasileiro. 5. ed. São Paulo: Brasiliense, 1986. 92 p. GARCIA, Helio Carlos; GARAVELLO, Tito Marcio. Lições de geografia: população e atividades econômicas. Regiões do Brasil-6ª série. São Paulo: Scipione, 1998. p. 144-155. IBGE. Censo demográfico. [Brasília, D.F.], 2000. MAGALHÃES, Agamenon. O Nordeste brasileiro. Recife: Secretaria de Educação e Cultura. Departamento de Cultura, 1970. SOUTO MAIOR, Mário. Folclore etc & tal. Recife: 20-20 Comunicação e Editora, 1995. SOUZA, João Gonçalves de. O Nordeste brasileiro: uma experiência de desenvolvimento regional. Fortaleza: Banco do Nordeste do Brasil, 1979. COMO CITAR ESTE TEXTO: Fuente: GASPAR, Lúcia. El Nordeste de Brasil. Pesquisa Escolar Online, Fundação Joaquim Nabuco, Recife. Disponível em: <http://basilio.fundaj.gov.br/pesquisaescolar_es/>. Acesso em: dia mês ano. Ex: 6 ago. 2009.
|